POR QUÉ NO ESCRIBIRÉ...

Saludo de forma muy afectiva la iniciativa de la especialidad de LLC para el desarrollo que ya hace varios años concreta en torno a las actividades culturales, que dicho sea de paso son muy áridas en el IPNM.
Quiero aprovechar también este espacio para manifestar mi opinión -que quizá sea, que lo es, insignificante- en relación a la bienal de poesía de este año.
Todo aquél que alguna vez en su vida haya podido disfrutar de un buen libro, ya sea de cuentos, novelas, poemas o lo que fuere, sabe diferenciar dos cosas muy importantes en torno al tema, sin llegar a considerarse un erudito o sabedor de la rama:
Primero. El cosmos de la Literatura es inmensurable, trashumante, libre y, sobre todo, incierto. Cada línea, palabra y personaje, describen de forma precisa el componente cultural del autor y la época. Asimismo describen también un mundo fenomenológico, pues sin él la Literatura se perdería fácilmente en las bibliotecas, como se pierden los recetarios de comida, creo yo. Este componente cultural, que es como un indeleble que se embadurna entre las páginas, es el escultor de aquello que académicamente se conoce como escuela, corriente o movimiento. Además es evidente que la historia acompaña expectante el proceso cultural y muchas veces lo determina.
Segundo. En ese sentido, dando por sabido lo mencionado, el Simbolismo, como movimiento artístico -y sobre todo literario-, se enmarca en su propio contexto de una forma exquisitamente escrupulosa y no sobre alguna otra. Obviamente es imposible. Tan imposible como asumir a las Cruzadas dentro, por ejemplo, de la Guerra Fría, o a la “cacería de brujas” como un artilugio de los romanos para con los judíos (aunque el ejemplo suene retóricamente estúpido).
Ahora, quizá por la mente de algún ocioso que lea esto pude pasar la idea de “¿Quién carajo es José Solís para venir a sentenciar de forma tan categórica y ridícula, y por qué?” Ahora mismo respondo.
Más allá de formalidades, soy solamente uno de los -casi ex- estudiantes del IPNM, que curiosamente sintió la necesidad de escribir, ya hace varios años.
Curiosamente, hace unos días, al pasar a dejar la programación de mis sesiones por el 3er piso del pabellón “A”, pude ver en el mural de LLC que se encontraban colocadas las bases del concurso de poesía de este año. Fue grande mi sorpresa cuando entre líneas leí: “Simbolismo”. En ese momento todo lo que escribo arriba pasó por mi mente.
Me resulta demasiado complicado asimilar que hayan tomado la determinación de que el concurso de poesía gire en torno al Simbolismo. Las actividades ciertamente se enriquecerán con una temática así, sin embargo un concurso del tipo artístico no puede estar enmarcado tan cerradamente. Limita demasiado a la creación literaria y fuerza a los participantes a escribir con un estilo que no es propio. Estas dos razones -o pretexto de no sentirme dispuesto a escribir- son suficientes para ponerse a pensar en que las “creaciones” de este año para el concurso pueden carecer de riqueza y belleza artística, de esta manera sólo se convertiría en un ejercicio académico y perdería su valor cultural.
A lo mejor he palabreado mucho para decir lo último, pero creo que es necesario mencionarlo y justificar.
Espero que, de alguna manera, se tome en consideración para años próximos, puesto que este tipo de actividades son extremadamente ricas y ayuda en gran medida a descubrir nuevos talentos de la pluma, y si no, a desencantar la idea de que cualquiera puede escribir.
No es un puñal con veneno sino un crítica que vi necesaria, espero no la tomen a mal. Y si así fuera, entonces que quede en sus mentes que lo pude haber hecho por sentirme impotente al no saber qué mierda es el Simbolismo.

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE

No me queda duda,
hay algunas cosas que no cambian.
Otras por su parte,
simplemente desaparecen.



El tema era "El Absolutismo".
Llegó a su casa casi a las dos de la mañana y no había preparado la clase para el día siguiente. Era muy tarde y la espalda le dolía por el exceso de tiempo sentado, manejando casi seis horas sin parar, buscando pasajeros. Y, pues, la presión de sostener un hogar con desdenes mensuales, con un hijo a cuestas y una enfermedad pulmonar, lo obligaban a taxear en sus horas libres.
Se acostó.
Por la mañana -a las cinco más precisamente- se levantó con el mismo ánimo de todos los días, como lo hacía hace ya casi treinta años. Entró de frente al baño. Escupió el recado de saliva nocturna. Mientras se daba un baño con agua fría pensaba qué haría hoy con ese salón, con esos alumnos que lo sacaban de quicio, con los que no podía lidiar. Recordó lo que alguna vez le dijeron en una de esas clases de pedagogía: "párate, coge tu libro y díctales". No había de otra, no tenía ni tiempo ni cabeza para pensar en procesos cognitivos, capacidades, competencias, etc. "Nada de esa basura", pensó.
Un nuevo día. Salió.
A unas cuadras del colegio presenció un cuadro en medio de la apurada mañana: el mercado donde acostumbraba entrar a tomar desayuno cuando su día se calmaba, estaba siendo desalojado por policías antimotines, camiones de desmonte, cargadores frontales y algunos entes más que terminaban de dibujar el hecho. La gente peleaba. Observó. Era el inicio que necesitaba. No sabía el porqué de la situación y eso era lo de menos, muy probablemente algo inventaría.
Al entrar al aula dejó su maletín a un lado del pupitre y se fue hasta el fondo del salón, ahí esperó que los alumnos estuvieran completos. Habiendo llegado el último -según su cálculo- tomó una silla rota de las que esperan piedad en la esquina y la lanzó contra la pizarra. Ésta se terminó por destruir. Los alumnos desconcertados sólo atinaron a buscar con la mirada su rostro para descifrar la razón de dicho acto, no se animaban siquiera a preguntar. Guardaron silencio todos, en absoluto. Su mirada no decía nada. Los contempló uno a uno, cada rostro. Vio también sus manos, dónde las colocaban. Cuando tuvo al salón pendiente de sí, preguntó: "¿puedo empezar?".
Cogió el libro y empezó a dictar, párrafo por párrafo, cosas que ni él mismo entendía y mucho menos se daba el trabajo de cifrar y recordar. Evidentemente los alumnos en pleno estaban callados. Dictaba sin poner atención a sus palabras, mientras pensaba: "¡qué grandes e indescifrables son los secretos de la violencia!".
Cuando disfrutaba del arrullo de su voz, cobrándole al gobierno horas de sueño, durmiendo despierto mientras sus alumnos copiaban, escuchó una voz que lo trajo de nuevo a la realidad. Un alumno lo había quedado mirando desde hacía ya varios minutos. Lo que alcanzó a escuchar fue: "profesor, ¿por qué nos dicta si nosotros también tenemos libro?", a lo que él respondió: "¿tú vienes al colegio a aprender o a quejarte?, por último ¿acá quién es el profesor, tú o yo?".
La clase terminó y salió del salón con la absurda -para él- sensación de haber hecho algo mal. Pensó: "no creo".
Al llegar la noche regresó a su casa, se cambió de ropa y salió a conducir su taxi, una vez más, por la ciudad.
El día de hoy hizo una clase magistral, "El Absolutismo" terminó siendo un aprendizaje significativo.

POR TI QUIZÁ ESTA NOCHE NO DUERMA...

Así es, quizá esta noche no duerma.
Quizá esta noche no me sea suficiente para entenderme
y mucho menos para tratar de entender la debilidad de las personas,
el famoso "talón de Aquiles".
No lo haré, al menos no esta noche.
Sólo trataré de desdibujar esa debilidad que vi llegar
desde una puerta que daba al poniente,
con maderos y cristales,
-aunque suene estúpido-
bajo el sol de Toscana
(me sentía dentro de un cuadro italiano,
increíblemente presente).


Quizá no sea para tanto.
Aunque sí lo es para mí.
Mi debilidad,
la he descubierto
.


Era casi las 11 de la mañana de un viernes de mayo, uno de los últimos tibios que quedan en el año y de los primeros fríos de la temporada, en el cual a la hora de recreo ya no se me antojaba una botella de agua helada para refrescarme sino un par de cigarros si no eran tres.

Para variar, mi maletín era un desastre por lo tumultoso y agetreado del día. Correr de un aula a otra puede llegar a incomodarme tanto como llenarme de adrenalina, en fin...

Mientras en el patio, cerca del murito frontal, los chicos y chicas relajaban sus espaldas y vivía en plenitud su adolescencia contemplando sus rostros y hablando de nada, yo intentaba poner un poco de orden a mis cosas.
En ese momento, sin quitar las manos de mis papeles, levanté la mirada y giré mi rostro hacia la izquierda, y la vi. No sé que vi, pero la vi. Hasta ahora no puedo diferenciar qué vi en esos ojos pero sé que vi lo que necesitaba ver, lo que quería ella que viera. A lo mejor ni siquiera era una mirada sino una súplica y yo no pude más que sólo ver. Confieso: me intimidó enormemente.

He pensado que por mi edad puedo llegar a tener un poco más de empatía con algunos alumnos que otros profesores, en especial con las chicas. Pues a esa edad (5° de secundaria) tienden a experimentar con el sexo opuesto. ¿Qué tipo de experimentación? Simplemente reacciones, respuestas a sus estímulos por más minúsculos que a uno le parezcan.

No lo sé, eso que vi no fue -a mi juicio- ordinario.

Ella venía desde el patio central, ese que se usa los lunes para cantar muy mal el Himno Nacional. Avanzaba lentamente, con sigilo y frialdad en sus pasos. Se ubicó bajo el umbral de la puerta. Tomó una silla que algún despistado dejó y continuó caminando. Fue en ese momento cuando identifiqué qué había sentenciado su mirada, sus pisadas y su cadencia. Venía hacia mí.

¿Y qué tiene de extraordinario que una alumna coja una silla y venga hacia ti? Nada, evidentemente. Nada. Simple y sencillamente no me tragué esa respuesta, sentí que la escena guardaba algo más para mí. O a lo mejor no, no lo sé.

Para ese momento ya había identificado quién era. ¿Quién era? No lo sé. Sólo sé que sabía que era ella. Su nombre es lo de menos, tanto así que ni con un anecdotario en la mano soy capaz de recordarla, sin embargo esa imagen mental de ella ejecutandome con su pasividad no se ha borrado de mi cabeza.

Avanzó hacia donde estaba yo y regresé la mirada a mi maletín. No sé. Quizá fue intimidación o quería esperar que ella llamara mi atención de forma directa y no por lo imponente de su persona en ese momento.

Dejó la silla justo donde calculé que la dejaría.

Es ahí donde mi mente me juega una mala pasada, aunque a lo mejor no tenga mayor importancia. No recuerdo bien si se sentó y habló o si habló y luego se sentó. ¿Cambiaría en algo la historia? Creo que no mucho, es simple exquisitez mía.

Finalmente prestaba más atención al movimiento de su sus manos recogiéndose el cabello que al orden de mis documentos. Sentada ya, acomodó sus manos junto a su mentón. Ahora que caigo en cuenta no recuerdo haber visto inmutarse por algo a aquella jovencita, su rostro era impasible, casi parca me aventuraría a exagerar.

Todo se había consumado. Quizá yo esperaba alguna pregunta para la cual mi pseudo preparación pedagógica ya había ensayado una respuesta, sin embargo ella dijo algo que nunca pensé escuchar de labios tan inocuos como los suyos.

A lo mejor si lo pensé, pero bueno, lo dijo.

Eran ya las 11 de la mañana, una eternidad desde el comienzo del relato y apenas unos minutos de realidad. Ese viernes fue uno de los más fríos del mes. Salí del colegio en busca de un cigarro. Lo conseguí y caminé sin rumbo hasta despejar mi mente entre el humo y el vapor de mi aliento.

Ese día, que estoy seguro no olvidaré -al menos por ahora-, fue el día en que me atemorizó, es más, me horrorizó la pregunta: ¿por qué quisiste ser profesor?



No encontré mejor forma de decir "bienvenida, otra vez, pluma".

...

Me llena de intriga conocer la naturaleza oscura del hombre...
...por qué siento lo que siento cuando lo siento?
Waaahh..... quizá no se necesiten explicaciones, quizá no sea necesario siquiera conocer...
...es preciso abandonar el corazón en altamar como sabía hacerlo bien, como cuando olvidé cómo hacerlo.
Todo lo nuevo me asusta, aunque sea natural, me asusta. Aunque intente entenderlo, me asusta. El vacío en el estómago toma colores ocres y el trémolo de mis manos se acompasa a mi respiración, sé lo que es aunque crea que no.
Mierda! Qué bien se siente sentirse mal!! Es increíble! Tanto como ver mover una antena a la cucaracha que pisaste: sabes que ese reflejo puede significar que aún vive o que ya está muriendo... -carajo! ahora soy una cucaracha-.
Eso no interesa, simplemente me sé vivo, me sé asfixiado y envuelto.
En lo mejor de la noche me comenzó a arder el ojo izquierdo y me rasqué con todas las fuerzas hasta atenuar mi vista por la irritación. Puede que sea una analogía huevona pero así es esta noche.
Esta noche quizá, como no lo hacía hace muchísimo tiempo, me fue necesario escribir, sobre qué? que estoy empezando a amar. Y como amar involucra volverse cojudo, me declaro abiertamente cojudo.
Gracias por la atención, pueden pudrirse todos!

@...

EL HOMBRE EN EL MUNDO VIRTUAL
El mundo virtual ha generado grandes cambios en el comportamiento de las personas. Le han dado al individuo la capacidad de diseñar personalidades ambivalentes y predispuestas a tomar las formas y los colores convenientes para cada situación, pues el mundo virtual ha otorgado a la humanidad la salvaguarda de ser una simple consecuencia de circuitos.
Podemos saber qué está sucediendo en las antípodas sin la necesidad de siquiera girar la cabeza, sin embargo nos ha colocado al mismo tiempo en un sitial ajeno a la realidad.

Definitivamente los progresos tecnológicos le han permitido al ser humano llegar a descubrir cosas que jamás pudo siquiera imaginar en sus tribulaciones trashumantes, y así la educación se ha dejado envolver en estas redes.
A partir de ello me resulta una pregunta que, quizá, alguno pueda buenamente responder:
¿La tecnología humaniza? ¿Nos automatiza? ¿Es buena?

V o F...

.
.
.
.
¿En qué situaciones mientes?
...eeehhh cuando me siento atrapada.
¿Lo haces seguido?
No, sólo cuando hace frío...
¿Tienes frío ahora?
...mmmmmm no...
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.
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A JESÚS, POR SU PRIMER LIBRO...

Él era un pequeño niño, aturdido y desordenado por una llegada repentina y tortuosa. No sabía cómo controlar el desvarío de su mente cuando empapaba sus manos, no sabía tampoco en dónde ni cuándo cambió sus ojos de becerro en unos de coyote.
Fue le palpitar de sus sienes cubiertas por su cabello algo ensortijado que a cada madrugada le daba ritmo a su nuevo conocer: el sexo.
Así, simplemente éste, el deseo, llegó y para siempre lo envolvió.

LUCKY STRIKE LIGHT, HALLS DE MORA, FRÍO...

En estos últimos días
el cigarro se ha convertido en una extensión de mis dedos...
...¿por qué será?

CHORIZOS...

"¿CÓMO EVALUAR UNA ACTITUD?"

Suben dos individuos al microbús con apariencia presuntamente de delincuentes, uno por la parte delantera y el otro por la posterior, quizá para despistar en un primer momento que son “socios”. Raudamente cambian de lugar el uno con el otro.
El sujeto ubicado en la parte delantera -que es quien discursa- comienza hablando sobre su situación: su estancia en la prisión, su vida mundana y delictiva, lo que podría hacer o dejar de hacer si es que no colaboran con su causa. Entre tanto el individuo de la parte posterior mira a su compañero, mira al gentío evidentemente asustado, se mira, y no dice nada.
Conforme transcurre su verborrea va haciendo uso de elementos intimidantes que, sin hacerlo directamente, sugieren su gran recorrido callejero y su condición de avezado ex-delincuente. Intempestivamente, de uno de sus bolsillos saca un objeto punzo-cortante. No se identifica qué es, y no hace falta, es él mismo quien describe las cualidades de su artefacto, “este es un clavo para cemento de 4 pulgadas”. Nadie sabe qué hará con él pero, haciendo un juego sobrenatural con la mente cual si fuera una sola, las gentes sospechan que amenazará a alguien para obtener lo que quiere.
Es muy probable que al simple acto de ver el clavo los pasajeros hayan dejado de poner atención a sus palabras, sólo esperan atentos alguna reacción sorpresiva del tipo en mención. El compañero de atrás sigue sin hacer mayor movimiento, su parquedad genera más tensión aun.
A esto, sólo se alcanza a distinguir una frase que suelta nuestro protagonista como última daga venenosa, haciendo un llamado a la conciencia y sensibilizando a fuerza sobre su (miserable) vida de ladrón. “Uno no nace ratero, la sociedad lo hace” dice. Y con aires de faquir comenta que, de tener un sitio en esta turbada sociedad no haría lo que va a hacer, un acto de valentía, un acto de dolor: penetrará su fosa nasal con este clavo.
Coge su nariz e introduce su juguete. Es en este momento en el que su secuaz empieza a hablar describiendo el acto que todos presencian. Entre tanto el cobrador del microbús apura a estos dos charlatanes a terminar e irse, del mismo modo el conductor los amedrenta y exige que lo dejen trabajar y dejen a le gente tranquila.
Termina su acto y pasa de lugar en lugar esperando la caridad condicionada de los incautos. Algunos le dan.
Finalizada su tortuosa presentación proceden a retirarse, no sin antes agradecer de una forma muy peculiar el beneplácito del conductor: “para pe’ conchatumare”. El cobrador, haciendo gala de su destreza y valentía se aproxima a la puerta posterior, por donde los sujetos se disponían a bajar, y pide explicaciones sobre el improperio. Su pregunta era “¿a quién le has mentado la madre?” para la cual existía una respuesta obvia. ¿Quién más tenía la facultad de continuar con la marcha o detener el vehículo? Es necesaria esta aclaración pues esto da desenlace al relato.
Unos metros más adelante el cobrador se acerca a la zona del piloto y, haciendo una cabriola, cambia de ubicación con éste. El publico expectante se hubiera librado de una bochornosa escena de haber dejado el chofer que ambos mendigos bajaran del microbús, sin embargo fue él mismo quien con reacciones impetuosas de superioridad reta al individuo de la mencionada frase a mentarle la madre “abajo”.
Detenido el vehículo, el conductor baja de una patada en el trasero al presunto malhechor, le propina un par de golpes y deja insignificante su arma (o artículo usado en su acto) al sacar un cincel de debajo del primer asiento del microbús. El chofer lo ataca queriendo cortarle la zona lateral del tronco, la (ahora) víctima lo esquiva rápidamente mientras su compañero está inmutado. Entre algunas amenazas más termina esta danza marcial. La gente, aún en el bus, aprueba y desaprueba indistintamente con alaridos la actitud del conductor.
Pareciera ser un ejemplo retórico para explicar la escala de valores y actitudes morales, sin embargo es un hecho que nos ocurrió a mi grupo de tesis y a mí no hace más de tres días y propició una calurosa discusión entre nosotros.
Ahora bien, ¿cuál de todas las actitudes mencionadas es más reprochable?

AMOR-DAZADO...

"Una colección de cuentos inquietantes
donde el amor, la ciudad, la noche y la vida,
se mezclan para estremecernos
con las historias de sus personajes más interesantes.
Un libro intenso que lo estremecerá".
(Parte del texto promocional)

Presentación de: "AMOR A QUEMARROPA"

Muchas veces al leer un libro me surgía la incógnita de cómo hacía el autor (o quien fuere) para escoger el título perfecto para su obra. Serían quizá las vidas que quería reflejar, las sensaciones que despertarían de su letargo al leerlo o, a lo mejor, un adelanto del temible final de la historia, pero siempre era yo quien ensayaba títulos mejores, dándome aires de omnipotencia por sobre la máscara del texto.

Puede que esto me haya traído problemas más de una vez, pero era inminente por un instante al menos creer que yo tenía una mejor opción. Y claro, mis "títulos" se alejaban mucho de la precisión con la que el autor bautizaba a su obra.

Con AMOR A QUEMARROPA empieza una etapa intensa en la vida de una de las personas por quien tengo un gran cariño y admiración, Jesús Jara Godoy, compañero de estudios del IPNM y futuro colega, editor de nuestro fanzine ANAGKE y amigo entrañable.

Entre las tantas (fortuitas en realidad) tertulias prolongadas en las que, en compañía de algunos otros ANAGKEs, compartimos creaciones, sus cuentos despiertan comúnmente en nosotros, sus oyentes, sensaciones de repulsión, asco, excitación, furia, desconcierto, amargura o (particularmente) envidia, sana claro está. Y es que el peculiar estilo de escribir que emplea nos envuelve muy rápido en la trama, de tal manera que prácticamente era uno mismo quien cometía los ultrajes o era quien se veía en la necesidad de limpiar las manchas de sangre para no despertar sospecha ni dejar huellas.

Con esto no es muy difícil presumir qué linea adquirió con el tiempo nuestro amigo para darle vida a cada uno de sus personajes y, por sobre eso, cómo planear a la perfección sus siempre crudas muertes. AMOR A QUEMARROPA es el título de la primera publicación de cuentos de Jesús, amante del cine, del cigarro y los buenos libros.

Con gran orgullo comparto esta publicación que será presentada esta semana en uno de los bares más reconocidos de Miraflores: el JAZZ ZONE. Esperamos contar con la presencia de todo aquél que desee acompañar a Jesús en un día tan trascendental como este.

Al terminar de leer por completo su obra... quizá encuentre algún ridículo título para ésta, pero -obviamente- jamás lo conocerán.

FECHA: Miércoles 13 de mayo del 2009.
HORA: 07:00 P.M.
LUGAR: Bar JAZZ ZONE, avenida La Paz 668, Pasaje El Suche, Miraflores.
PRESENTADORES: Carlos Rengifo y Gabriel Rimachi


EL INGRESO ES LIBRE

CALATEO RAZONABLE...

CICLONUDISTA LIMA 2009
Si no hay solución, calatos continua…
Ya en su cuarta edición La Ciclonudista Lima se ha convertido en una actividad emblemática para Cicloaxion y los ciclistas de Perú representando la iniciativa de los mismos por hacer de nuestras ciudades un mejor sitio para vivir, donde el aire limpio, la convivencia en las calles y los niños jugando en ellas sean la realidad y no solo un sueño.


¿Para que asistir a La Ciclonudista?
Para ejercer nuestro derecho como ciudadanos a expresarnos y exigir mejores condiciones para todos los usuarios de la bicicleta, este medio de transporte que a pesar de ser muy beneficioso para sus usuarios y su entorno, constantemente sentimos que esta al final de la lista de importancia pues el automóvil continúa estando en un pedestal a pesar de ser el causante de muchas muertes, contaminación, problemas de salud, estrés.

· No estamos en contra de la Ciudad... si no de la mala forma en que está construida.
· No estamos en contra de los autos… sino de su mala utilización.
· No estamos en contra de que rompan las pistas...sino de que perdemos espacio público que nos corresponde como ciudadanos.
· No más muertes en las vías.
Debemos de mejorar la cultura vial en beneficio de la salud te todos (peatones, ciclistas y conductores).

¿Por qué ciclonudista?
Cansados de historias trágicas o los escándalos de famosos que opacan las buenas noticias, el desnudo se presenta como una llamativa forma de protesta, que a la vez muestra lo frágil del cuerpo humano y lo vulnerable que se es al transportarse en una bicicleta. Los participantes acuden de forma creativa y tan desnuda como pueden con el único objetivo de mejorar las condiciones para todos los ciclistas y no quedarse de brazos cruzados.

Únete este Sábado 14 de Marzo a La 4ta Ciclonudista Lima y defiende tu derecho (y el de los tuyos) a usar tu bicicleta con total seguridad y confianza en la ciudad.

Nuestra cleta:

· No contamina
· Evita el sedentarismo
· Es saludable
· Es económica
· No genera congestión
· Usa de manera eficiente el espacio público
· Embellece la ciudad

Más Información:
www.cicloaxion.org

Fuente: Ciclonudista Lima 2009


NADA DE QUÉ ESCRIBIR...

Sentado frente a mi computadora, solo, con un calor desagradable que no me deja tranquilo mientras lleve prenda alguna sobre el cuerpo, decidí escribir algo sobre algunas cosas que han sucedido estos últimos días.
En un primer momento quise escribir sobre cuestiones morales, libertad, desenfreno, derecho a la privacidad y a la libre exposición del erotismo; todo ello basándome en las últimas noticias sobre el escándalo de las policías en “Cholotube”, sin embargo me fue insuficiente el haber visto el reportaje y leer las columnas en diferentes portales: tenía que ver ese video. Como quizás (no) es obvio, por la accesibilidad tan sencilla a éstos, no lo hice, así que finalmente desistí.
Luego pasaron por mi mente escenas de conversaciones que tuve con Alessandra la semana que pasó, sobre la verdad, lo correcto y balances entre hacer a alguien feliz con pequeñas falsedades y diminutos sufrimientos ocultos, o tragar unos sorbos de sufrimiento en lo correcto para grandes lagos de felicidades; puntualmente “hacer o no hacer”, pero me quedé corto de fundamento ya que no quería hacer una apología de algo a lo que recién siento amoldarme por mi propio peculio (esto no objeta mi convencimiento).
Seguía buscando y caí en cuenta que un comercial de televisión sobre una repetición de una telenovela me sugería algo que ya desde hace varios días trato de acomodar en mis pensamientos: la facilidad que podemos tener los seres humanos para llegar a un nivel tan sensitivo de camuflarnos en nuestra animalía para ser parte de la noche. Esto sólo he podido verlo en Discovery Channel cuando las chitas quieren cazar a algún cebú despistado, sin embargo una persona puede llegar someterse tanto al poder que tiene la noche de proteger, ocultar, mentir, ayudar y prestar atención a todo cuanto escape de la realidad, que se vuelve esclava de ella y de sus artimañas para seducir. Lástima que al construir poco a poco algunas verdades sobre la noche y todo cuanto encierra, descubrí lo estúpido de mis palabras, ¿qué de interesante tiene? ¿qué de nuevo tiene? por último ¿hablar tanto de lo sórdido de la noche cuando son las 12:32 a.m. y lo único que hago es aburrirme frente a una pantalla que es estimulada por el deslice de mis dedos sobre un plástico negro? nada más. Suficiente con eso para dejar a la noche ser noche tranquila.
También: lo ridícula que se ve una persona al levantarse y ponerse las sandalias invertidas, lo mal que le queda a algunas tías los Jeans cueteados, lo absurdo del medio pasaje, los callitos en la muñeca por el uso de Mouse, la cara de estúpidos de los niños el primer día de clases, etc.
Así llegue a nada, no encontré nada de qué escribir.

EN LA CALLE...

"2º JORNADA DE ARTE PARA RESISTIR"

Divagando por las páginas web que frecuento y los blogs que atraen mi atención llegué a uno en el cual había algo muy atrayente e interesante, se trataba de la 2º JORNADA DE ARTE PARA RESISTIR, organizada por los estudiantes de la Escuela Superior Autónoma de Bellas Artes del Perú el día de hoy (lunes 29 de diciembre) en el frontis de esta casa de estudios.
La descripción decía algo así como: "...Desde las 2:00 y durante toda la tarde, poesía, música y teatro por una buena causa. Están todos Invitados. Donación 1 sol...". Era más que atrayente, y decidí que esta aburrida tarde de lunes tenía un motivo para dinamizarse.
Entre alistarme y buscar los últimos centavos de entre mis pantalones sucios para completar el pasaje y la entrada (0.80 ida, 0.80 regreso, 1.00 donación, 1.00 respectivo helado) se hicieron casi las 5 de la tarde, algo que me hizo dudar de mi ya determinada asistencia. Con todo y eso, salí rumbo a mi encuentro con el Arte.
Desde unas 2 cuadras antes de llegar al lugar se podía divisar el pequeño -pero significativo- tumulto de gentes que con rostros impacientes admiraban el espectáculo. Conforme me iba acercando sentía una angustia agradable, era quizás las ganas por ver algo que esperaba.
Lo primero que pude ver fue murales en las paredes de enfrente del lugar. El lugar utilizado era paredes de casonas antiguas, fácilmente de los primeros años de la República y esto de por sí las hacía una muestra arquitectónica respetable y considerable. En ese momento salió algo de -o entró a- mi cabeza: ¿era posible manifestar Arte del más expresivo y vibrante como son los murales, tan magníficos como los que figuran, violando el derecho de belleza que guarda una fachada antigua? no lo sé, pueden ser muchas cosas. Sé que el Arte y la cultura son dinámicos y que cada corriente nace para ocupar el lugar de la anterior, y esto es lo que creo que vi hoy, una muestra de cómo se impone al Arte de nuestros días, de nuestras calles, de nuestros jóvenes (en ellos sus pasiones, sus miedos, sus ansias y deseos, su sueño por vivir y su forma de morir), etc. sobre algo (haciendo referencia a las paredes) que en su momento fue útil, hoy pintarlo y hacer sentir y dejar vivir lo es más.
Avanzando más para la fachada de la Escuela iba mirando una muestra de reliquias aparentemente innecesarias en el suelo, sólo las miraba mas no las observaba, no podía. No sé por qué no podía hacerlo, de repente por indiferencia o porque simplemente nada de eso era lo que buscaba. Sinceramente me pareció una muestra de desperdicios coleccionados, y es que es mi percepción ignorante la que me limita a encontrar alguna bondad en eso.
Más allá, se estaba proyectando un documental al cual tampoco presté mayor atención. Y a su lado una mini-venta de revistas y panes con pollo.
Al acercarme más al gentío me coloqué muy cerca del pseudo escenario que acaparaba parte de la acera y parte de la pista. Era un estudiante de la Escuela Superior de Arte Dramático interpretando una pantomima, varias en realidad. Era sorprendente ver cómo los espectadores estaba atentos a cada movimiento del individuo, a cada acción supuesta, cómo dibujaba con su cuerpo escenas que sólo existían si te atrevías a imaginar. Él estaba con un vestuario completamente negro, puede sonar absurdo pero creo que le encontré un sentido a su ornamento, me parece que el negro al ser la ausencia de color es él quien se ausenta en ese momento de la realidad, se abstrae, se ensimisma, y entra en su pequeño cosmos y es quién determina a cada uno de nosotros qué pensar. En ese momento finge ser un conductor de sensaciones, que en realidad puede que no existan, pero que ingeniosamente las crea para nosotros. Es la magia que tiene el no poder hablar la que la hace cada vez más y más rica, conforme pasa el tiempo y se mueve al compás de su imaginación hace que las palabras sean un código burdo para entender al Arte que él nos proporciona.
Lamentablemente no tenía mucho tiempo para quedarme así que vi dos representaciones y tuve que poner fin a mi corto viaje al mundo que tanto me enloquece.
Fue un pretexto perfecto para salir de lo rutinario de mis días y pensar que sea por la razón que sea, más aún tratándose de una causa como la de la ESABAP, vale la pena pensar en ARTE.

MI POSTURA...

"ARTE"

Ciertamente existen parámetros para decir que esto o aquello es una obra de arte: tiene que ser obra y tiene que ser arte.
Alguna vez leí sobre el valor que puede adquirir una creación, intrínseca o extrínsecamente. Lo que no he leído ni escuchado hasta ahora es cómo se llega al punto en que la arbitrariedad humana se atribuye la capacidad de ser superior a la abstracción del arte, a tal punto de que es él mismo quien le asigna categorías, clasificaciones y tipologías.
¿Las eminencias de la crítica artística van delimitando, dependiendo de las eras y los contextos, qué expresiones de arte se van haciendo propiamente obras de admiración, o sucede lo inverso?
De lo que no queda duda es que el progreso de las vanguardias ha permitido la irrupción de expresiones displicentes dentro de los cánones establecidos; pero claro, esta no es la primera vez, muy posiblemente la "Monalisa" o "La piedra de los doce ángulos" en su tiempo fueron transgresoras. Entendido así, el arte en sí mismo tiene un valor histórico (esto no sugiere antigüedad), pero ¿realmente esta valoración propone una utilidad?
Quizás específicamente no. Una obra va creciendo y alimentándose con los años, el pasar del tiempo va añadiéndole una carga subjetiva en cada observación de su belleza no necesariamente estudiada. Con esto que la contemplación le atribuye un rol en el mundo: ser perfecta. Es ahí cuando sale el más grande cuestionamiento de cómo pensar en perfección, siendo ella una categoría de lo absoluto, de lo bueno, de lo exacto ¿el arte puede ser todo ello al mismo tiempo?
La respuesta está en el arte mismo: si hay perfección en la obra, hay una bondad absoluta en ella. ¿Cómo podría haber un error en algo único? Las escuelas de arte en el mundo van delineando técnicas variantes acordes al tiempo y espacio, ellas no hacen artistas.
Un punto aparte es lo inconfundiblemente absurdo, cuando llega un “artista” (entre comillas por no encontrar un adjetivo para el fraude) e intenta hacer obra destrozando la cultura, una cultura adaptativa y no metamórfica (en sentido de lo falso) con la salvaguarda de ser justamente “artista”. Efectivamente la innovación sugieres romper con el común denominador, pero esta ruptura continúa en un ritmo cíclico: romper para construir, no para destruir.
Inevitablemente continuará la creación artística mientras el ser humano continúe sintiendo, pensado y expresando todo su mundo interno, y las permanencias que el colectivo transforma en él. Inevitable es también que la cultura sea la que determine su permanencia y su fin.

ASCO...

"EL DISCURSO PERSONAL"

Al iniciar un discurso se opta por algún tipo de muletilla propia, estribillo copiado o se busca parafrasear a algún soporte cercano. Desde “he tenido un sueño” o “he tenido una pesadilla”, hasta “queridos compatriotas” o “compañeros y compañeras”, han sido usados a través del tiempo para dar pie a un sinnúmero de saleros, improperios, patrañas, ruegos, denuncias, quejas, gracias, chauvinismo y hasta [en muchos casos] confesiones amorosas. Y es que el poder iniciar un buen discurso [en el sentido más simple] con un elemento punzocortante determina qué tan poderosa será la palabra.
El común de los mortales [entre los cuales no me incluyo por considerarme inferior al promedio] adhieren algunos mecanismos de evidente carácter TIRÁNICO, VACILANTE y LASTIMERO.
El más odiado y menos soportado por mi es el TIRÁNICO, el cual me ubica dentro de algún régimen autoritario, de los cuales los legados más próximos a la educación son uniformes [color rata en el caso peruano], desfiles soldadescos y alumnos obedientes; cuasi-militares sub-humanos capaces de recibir y acatar órdenes tas sandias como besar un borceguí.
Desesperante y angustiante como una picazón en medio de la espalda donde no es posible rascarse [donde ese puntillo crece y crece], asumo, al VACILANTE. Situaciones cotidianas. Dudar, un problema filo-antropo-sociológista e ilógicoracioalista. Lo sitúan como principal detonante de la construcción de la certeza, “duda de todo y cuanto existe” a lo Cartesiano; dudar inclusive si existes y si estás leyendo esto y no es producto sólo de tu mente o de un ser superior que trabaja cual marionetista. ¿Dudar=inseguridad? Duda que te hace presa de lo inexplicable. Esa duda que te da seguridad de saber que nada es seguro, duda que [no] reprime y [no] limita el poder de decidir y dictar: “creo que la razón de X es Y” [aunque sea errado]. -¿Profesora, 2+2 puede ser 5? -¡No, siéntate y no digas incoherencias! Inseguridad hasta para repetir una escueta frase, para salir al frente y decir tu nombre. ¿Dudar o tener miedo? Nauseas mías y asco conexo de quienes apuestan por la verdad [aunque tengo serias “dudas” de su existencia].
Por último, el que me deja con agonía bubónica, lágrimas sulfatadas, entrañas aderezadas con rabia y acalora la incontinencia verbal, es el LASTIMERO. Derroche de clemencia misericorde y compasiva, como si se tratase de una búsqueda constante de piedad a las dolencias del interlocutor, tratando de hacer ver que el suplicante es tan pobrecillo que necesita de la benevolencia del gran ayudador. La búsqueda de favores con tonos penosos deja visibles complejos de hipocresías, tretas o quizá simples manías costumbristas. Algo lingüísticamente abortivo y sintácticamente bulímico.
Con esto, el dinamismo personal en el discurso está plagado de elementos abstraídos inconscientemente del día a día.
En tanto sigamos alimentado a estos antojos inadecuados expresando ideas [ahí otro problema: ideas no propias, juicios apartados, copias fieles de críticas, absurdas impertinencias orales, Ctrl + C / Ctrl + V], seguiremos con esta cadena paradójica tan “peruanizada” del fomento de LA AUTORIDAD SOBRE OTROS, LA INSEGURIDAD SOBRE MUCHO y LA LÁSTIMA SOBRE LO PROPIO.

TESTIMONIO...

"¿POR QUÉ ACEPTÉ EL PREMIO?"
Un error de inconsecuencia e inconsistencia.

Aceptar un premio como el otorgado por la Bienal de Poesía 2008 (organizado por la especialidad de Lengua, Literatura y Comunicación en el IPNM) es para mí un honor y una burla.
Desde hace tiempo ya, considero que lo que escribo no tiene tanta acogida como esperaba, con el sólo hecho de escuchar “que tus Editoriales se entiendan” empezaba a dudar de mi capacidad de redacción. Fue por ello que me costó escoger qué enviar. Finalmente salió.
Entrado de lleno a la premiación. Tuve un conflicto muy grande entre: ¿Se debe recompensar una creación o simplemente se le brinda a la humanidad?
Algunas cuestiones.
Primero, ¿cómo entender a la creación propiamente dicha?, creo yo como una unidad íntegra e inviolable. Empezando por ahí, ningún tipo de corrupción es aceptable, ya que ahora sobrevuela la mente de los escritores jóvenes –los aficionados quiero decir- la idea de imprimir y multicopiar todo cuanto escriben, para divulgar cosas muchas veces sin sentido, y como bien dijo un ser de barbas, “retóricamente estúpido e inconsistente”. Gracias a las circunstancias aún no caigo tan bajo. Todo esto se hace un cúmulo de incorrecciones denotando acaso sobrevaloración y supra-estima. Con esto, que la inviolabilidad de la que hablo incluye la necesidad de ser corregida y ampliamente revisada para ser considerada una obra inviolable –sin mencionar la técnica y la práctica.
En esta incorruptibilidad de la obra, veo como un lacerador el hecho de lucrar con el arte y la cultura. Eso creo que es claro; escribir por encargo me parece una bajeza condenable, y aunque muriendo de hambre, yo no podría.
Así, entiendo también la necesidad de un reconocimiento a algo que para algunos es bueno o de calidad. Considero significativas las premiaciones como: Premio Planeta, Príncipe de Asturias, Juan Rulfo y El Nobel, entre otros. Y en mi contexto, hasta ahora limitado, la bienal de Poesía IPNM era un platillo jugoso.
Hacer la distinción entre un reconocimiento y una recompensa está de más.
Con todo en mi mente la determinación era clara: participar, pero ¿y el premio?
Es claro que una recompensa no necesariamente es un reconocimiento y un reconocimiento casi nunca es recompensado.
Jamás despreciaría libros por regalo, así sean los más corrientes (en el sentido de muy comerciados), ilegibles (en el sentido de su vejez, complejidad o simpleza) u ortodoxos (en el único sentido).
Ese fue uno de los motivos que hizo que se incline mi balanza.
Ahora bien, quiero dejar claro también que el ganador de la Bienal de Poesía IPNM no es el poeta sino el poema. Por ello que me siento usurpador hablando de mí en cabeza ajena: el poema; lastimosamente él no puede decir más de lo que de por sí dice, y eso es ya mucho. Por eso es que me tomo las libertades de sentirme ganador (sentí arcadas al escribir “ganador”).
Por todo lo señalado un reconocimiento, ya sea a la obra o al autor, en cualquiera de los casos, es un honor.
Sin embargo digo burla no en un sentido de cabriola y esquivo, sino por un sentido ridiculizante. En un simple: ganó el poema, y el premio es para mí, me zurro en lo que líneas arriba describo: la inviolabilidad.
Por último dejo saldado mi error de inconsecuencia e inconsistencia. La inconsecuencia por hacerme de algo que no me pertenece, y la inconsistencia por no poder justificarlo.
Próximamente estaré publicando los poemas.